La gran encrucijada latinoamericana
Autor
Digno Quintero Pérez.
Aunque, todo arte es moderno, y también esta impregnado de conceptos, -dado que responde a su contexto, y a profundas ideas-, «el mal llamado conceptualismo, del arte moderno», ha sido un excelente ingrediente, para desraizar a las personas y a las culturas, de sus fundamentos históricos originarios y de su grandeza ancestral. Y, es por eso, que los “museos de arte contemporáneo,” –que hoy día están por todos lados-, son promovidos por aquellos sectores interesados, en anular, o, por lo menos, debilitar las identidades culturales a nivel global, y yo diría, que desde el momento, en que la industria del entretenimiento toma fuerza, de la mano de algunos medios de comunicación, con intereses muy particulares; simultáneamente, surge un sutil estilo de manipular a las masas, como método directo de intervención, no solamente mental, sino económico y por supuesto cultural…
Claramente que esa observación, no tiende, a señalar teorías conspirativas ligeras, sino que surge, luego de una detenida observación de la realidad de nuestras sociedades, que cada día están más endeudadas y más atrasadas, en todos los niveles…
Pienso honestamente, que la deuda, aunada al bajo nivel cultural, es la forma más sofisticada de maniatar a las sociedades en vías de desarrollo, llevándolas a un círculo vicioso, en que la vida no tiene otra realización, que no sea comprar, o consumir, valga la redundancia …y, quien lo dude, que observe como han sido las últimas décadas de dos de los países con más recursos, en términos generales, como lo es Argentina o, México…
Cuanto más fuerte es un país latinoamericano, más sofisticados son los métodos de sumisión, llámese consumismo, llámese reguetón, telenovelas, llámese cocaína, llámese cine ramplón, llámese fútbol, «arte conceptual», llámese «democracia», -término usado en su peor acepción-, ya que encarna un sistema falaz neoliberal, ya caduco, en que los privilegios prevalecen, por encima del derecho…
Cuando no son los políticos o, los militares ignorantes, -valga una vez más la redundancia-, los que son utilizados, como instrumentos excelentes para llevar a cabo aquellas maniobras, es la pantalla, que se convierte, en el mejor instrumento: televisión, «cine», revistillas, periodicuchos, videojuegos; medios de tergiversación de los acontecimientos, armas predilectas para refrendar «la fastuosa» barbarie social que vivimos . Ellos, -antes de las redes sociales, tenían el sartén agarrado por el mango-, e institucionalizaban la alienación y el cultivo sutil de lo trivial, convirtiéndolo, en lo normal, en lo correcto, en lo establecido, y el relativismo -ni corto ni presozo- entraba en acción, justificándolo todo, y creando palabras vacuas para apostillar y justificar comportamientos y estilos de vida, de perfil “manierista” o, «rosa», por no llamarlos con su verdadero nombre y no tener que utilizar términos vulgares, obscenos…
Pensemos en naciones como Chile, Argentina y México, para dar ejemplos de naciones con fundamentos culturales fortísimos.
En los dos primeros, su historia ha sido marcada por cruentas dictaduras, y en el caso de México, los presidentes posteriores a Lázaro Cárdenas, han jugado un papel muy cuestionable, a nivel de desarrollo social, económico, respeto a los derechos humanos, y a la educación y a la cultura, que son, a mi criterio, los dos componentes, más significativos, ya que el hombre latinoamericano, ciertamente, -si es que ha entendido bien su pasado indígena, afro, judeogrecoromano, debe saber-, que, «no se vive solamente de pan…» y, debe saber por qué…
Hoy día, la nación azteca, (se convierte en un ejemplo y líder indiscutible, de democracia, a propósito de Siqueiros, ¡la nueva democracia!, para el mundo civilizado, en el nuevo milenio), puesto que ha ocurrido un fenómeno excepcional, y es que las personas, han empezado un proceso de reflexión profunda en su accionar político, siendo lógicamente, del pueblo, de donde debe surgir la iniciativa de cambiar, de mejorar. El nuevo Presidente, es un hombre culto, humanista, y con una visión genuina, de lo que significa este término tan mal utilizado. El tiempo, será el mejor juez, pero pienso que esta nación, liderizada por Andrés Manuel, una vez más, como en otras ocasiones, se puede convertir, en un gran ejemplo de ¡decencia, y docencia!, -recordando a Omar Torrijos-, un nuevo paradigma a imitar, en la administración de justicia, la cultura, y la vida pública en general…
En el fondo, los temores, de quienes manipulan la opinión pública, es a la intelectualidad, a los altos niveles culturales, pienso que es algo poco agradable para estos sectores retrógrados, pues, una población que se instruye y reflexiona, es muy difícil que acepte la imposición desde afuera, -la falacia-, de que algo es bueno, simplemente porque viene del extranjero, cuando en realidad es todo lo contrario…
Sin embargo y pese a todo, vale la pena destacar el valor y los sentires colectivos trascendentes de Argentina; y me refiero, a algo que es plural y muy amplio, -algo que permanece incólume-, pese a cualquier desvarío de la realidad, y al inclemente paso del tiempo. Es bueno preguntarnos, si acaso es casualidad, que tanto Darío, como El Gabo; el primero, con sus Prosas Profanas, y el segundo, con sus Cien Años de Soledad, hayan encontrado allí, terreno fecundo para sacar a la luz dichas obras maestras…
Argentina, la tierra de Borges y Victoria Ocampo, la tierra del General Perón y de Gardel, es afortunadamente, un país con un arraigo cultural e identidad, muy marcado y, con una capacidad de resistencia hiperbólica, y que a la larga va a generar, sin lugar a dudas, -y pese a las malas interpretaciones- y pese a cualquier intrusión foránea, una valoración justa de su pasado grandioso, en lo literario, y en lo espiritual, que constituye en verdad, su gran fortaleza…”
(Esto lo escribía, el 11 de diciembre del 2018)
(Agrego, que escuché al ganador de las primarias, hace unos días, y me refiero a Don Alberto Fernández, y pienso que, en efecto, ya surge en la hermana república de Argentina, un líder con pantalones bien puestos, y muy preparado para mandar, y, también, desde la lejana Francia, escuché al Presidente Macron, declarar recientemente: “Sin duda, estamos viviendo el fin de la hegemonía occidental en el mundo”, ante los embajadores franceses reunidos en una audiencia en el Palacio del Elíseo, en París. Esto lo escribo hoy 11 de septiembre del 2019, y todo me indica que el Arte y la Cultura, podrían ser rubros, importantes, para renovar y rejenerar, las desgastadas fuerzas mundiales, como en tiempos de la Ilustración), lo cual coincide, plenamente, con lo que los grandes místicos, siempre han dicho sobre el futuro de la humanidad…y es que, sí, el hombre lo va a lograr…
“Pienso que el mejor arte, la mejor iniciativa para elevar los niveles culturales, el mejor movimiento artístico, es y será siempre, aquel que respeta sus grandes hombres y mujeres, aquel que construye el futuro, sobre los fundamentos del pasado, – pues el alma nacional-, muy en su esencia, no atiende a clasificaciones superfluas, ni de clases ni de razas, ni de ideologías, -de esas que solemos hacer los hombres- para tratar de explicarnos, algo que no se nos ha manifestado plenamente…
Creo, firmemente, que para cambiar la historia, solamente hace falta un hombre, y como ejemplo vivo, menciono al gran Solón, eximio poeta, según Platón, preclaro Legislador ateniense y auténtico creador de la democracia…
Cierro esta reflexión, con este pensamiento del grande, DOMINGO FAUSTINO SARMIENTO…
«Hombre, pueblo, nación, estado: todo está en los humildes bancos de la escuela».